Con los lavados la ropa pierde color y se nos va quedando más apagado. Si encima es nuestra prenda favorita nos cuesta trabajo deshacernos de ella. Por eso, para evitarlo, podemos probar a recuperar el color.
Eso se hace antes de los lavados. Se coge un barreño o palangana con un litro de agua y una cucharada de vino blanco. Allí colocas durante unos minutos la prenda (normalmente de lana y seda) y después la metes en la lavadora.
De esta forma reavivarás los colores de nuevo y la tendrás casi como nueva.
