Uno de los principales inconvenientes del verano, incluso para aquellas personas que se declaran fanáticas de esta estación, tiene que ver con lo difícil que es llegar a estar frescos aunque sea un rato en el día, y por eso nosotros te traemos a continuación una serie de consejos que consideramos que te pueden ser muy útiles en este sentido.
En primer término, una de las principales sugerencias que realizan los expertos en la materia tiene que ver con humedecer la ropa que tengamos, que al ser normalmente ligera por el propio calor, luego se secará sin que pase demasiado tiempo. Además, obviamente podemos contribuir poniéndonos al alcance de un ventilador, lo que nos hará sentir incluso más frescos.
Las manos son otros de los receptores de calor, y para mantenerlas frescas, se aconseja sumergirlas en un balde o un lavamanos lleno de agua fría, que que hará disminuir la temperatura de las mismas, y por ende, la que sentimos. Además, obviamente, hay cosas que no debemos hacer, como ponernos a comer picante, lo que sólo hará que nuestro calor corporal aumente.
Otra buena técnica que se puede tener en cuenta, en este sentido, es poner un ventilador al lado de una ventana abierta, ya que como casi siempre el aire de afuera es más fresco, lograremos entonces que el que circula dentro de la casa también lo sea. Incluso, puedes ayudar utilizando siempre ropa de colores claros, aunque la diferencia no es tanta como la gente suele pensar.
Por otro lado, las duchas tibias son mucho mejores que las duchas heladas cuando se trate de refrescar el cuerpo, ya que si bajamos demasiado la temperatura del agua, el cuerpo sólo intentará defenderse produciendo calor, con lo cual cuando salgamos de debajo del grifo, nos encontramos con una situación aún peor.
