Uno de los problemas que podemos tener cuando tenemos que clavar un clavo es que con el martillo le demos a una parte que no se deba, como son nuestros dedos.
Por eso muchos tendemos a tener mucho cuidado y por estar prevenidos en ese cometido cometemos errores y hacemos que el clavo no se clave bien.
¿Qué hacemos entonces? Pues vamos a buscar en el baño un peine del pelo (de hombre) que no usemos mucho y no nos importe perder. Ahora ponemos el clavo entre sus puas y lo colocamos donde queremos clavarlo.
Cuando lo clavemos no tendremos que tener problemas para hacernos o no daño porque no pondremos los dedos tan cerca del martillo.