Hasta la fecha, nadie ha descubierto el hilo negro: todos somos susceptibles de distraernos con cualquier cosa si no estamos con el ánimo a tope para hacer las labores que nos corresponden. ¿Cómo podemos evitar, en lo posible, las distracciones para que logremos tener la mayor porción de trabajo realizado al final del día? Van aquí algunas ideas que esperemos te sean provechosas.
1. Corta por lo sano: la red es el distractor más maravilloso y difícil de renunciar que puede haber. Lo sabemos (por algo estás leyendo este artículo y no trabajando). No te exigimos que lo abandones, sino que, simplemente, limites su uso: checa el correo y las redes sociales dos veces al día: por la mañana y por la noche, sólo si te es necesario. Si esperas recibir material de trabajo y tienes la suerte de tener internet en el móvil, revisa primero ahí si ya llegó; o pide a tus colegas que te llamen cuando hayan enviado la información. Así no tendrás la tentación de cambiar de pantalla y perder el tiempo de más.
2. Haz una lista: comienza el día con anotando las labores pendientes y apégate de inmediato a ellas. Empieza por las que te resulten más engorrosas y las demás te parecerán pan comido.
3. Mide tu tiempo: Ponte una meta y tradúcela en minutos: 20 minutos de teclear sin parar, 15 minutos de llamadas, 10 minutos de ordenar papeles. DIvidir las tareas de esta manera hará que verdaderamente te concentres durante un periodo breve, que será más que suficiente para hacer lo que necesitabas. Además, te motivará saber que te llevó tan poco tiempo hacerlo, que querrás hacerlo la próxima vez sin tanto drama.