Las heridas normalmente suelen ser importantes, ya sean grandes o pequeñas. A veces la herida más pequeña puede ser la más dolorosa y, aunque no te des cuenta, lo cierto es que se puede infectar con rapidez.
Por eso para curar una herida debes:
- Primero nos lavaremos las manos con agua y jabón. Así mantendremos limpia toda la zona de la herida. Vigila que no haya ningún cuerpo extraño en la herida.
- A continuación usaremos agua oxigenada para limpiar la herida. Si ésta, al contacto con la herida, empieza a salir blanca y espumosa querrá decir que la herida está infectada y tendremos que echarnos agua oxigenada hasta que la misma salga menos blanca y espumosa.
- Por último, nos echaremos un poco de mercromina o betadine (yo prefiero lo primero). Ya después puedes taparla con una tirita o una gasa y esparadrapo.