Las alfombras suelen quitarse cuando el calor llega para que no den tanto calor y creen un ambiente «invernal» en pleno verano o cuando las temperaturas están subiendo. Muchos lo que hacen simplemente es enrollarlas y meterlas en el armario o el lugar destinado a ellas hasta la siguiente temporada.
Sin embargo, quizás ahora que la has sacado acabas de darte cuenta que está llena de polillas y, por tanto, has de tirarla porque no sirve. Eso es porque las polillas se suelen «apoderar» de las alfombras si no ponemos ningún remedio para ello.
Si eso es lo que ha pasado aquí te comentamos cómo conseguir que no te ocurra de nuevo. Lo mejor antes de guardarla es pasarle bien el aspirador y extender papel de periódico pues a las polillas no les gusta nada el olor a tinta con lo cual las mantendremos alejadas de nuestra alfombra.
Si además de eso añadimos bolas de naftalina y algunas hierbas aromáticas para paliar un poco el olor a naftalina si no te gusta (menta, eucalipto, romero, etc.) y la envolveos en un plástico atado con una cuerda entonces no tendremos problema alguno.
Por supuesto, puede ocurrir el caso de que las polillas ataquen a pesar de todos estos remedios. Si eso ocurre hay una forma de librarse de las polillas a tiempo pues solo tenemos que poner un paño húmedo en la zona donde estén las polillas y, seguidamente, poner la plancha caliente. El vapor que se genera acaba con las polillas en minutos.
Así podrás contar con una alfombra limpia y sana para la siguiente temporada sin que haya necesidad de comprar otra (que seguro te viene bien ahorrar el dinero para otras cosas quizás más divertidas o especiales).