Las fresas es una de las frutas más dulces que podemos comer y sabemos que, antes de hacerlo, debemos lavarlas bien. Sin embargo, muchas veces les quitamos las hojas antes de lavarlas porque pensamos que así es mejor.
La verdad es al contrario. Las hojas permiten mantener intacta la fresa. Si se las quitamos y queda hueco en su interior, al entrar el agua hace que se pierda el olor y sabor característico de las fresas y por eso no nos saben tan buenas como cuando cogemos una de la cesta y nos la comemos.
Por eso, a la hora de lavarlas, que sea antes de ir a presentarlas para que no le quiten ninguna propiedad.