Cuando utilizamos mucho el microondas, lo más normal es que este llegue un momento en el que haya que limpiarlo. Es por eso que, para ello, un truco que nos puede hacer la tarea más fácil es la de introducir un recipiente con agua y zumo de limón.
Lo ponemos a hervir hasta que salga vapor y después lo dejamos unos minutos. Cuando pasen, sólo pasamos un trapo húmedo que hará que la grasa se vaya y, además, tendremos un microondas con olor a limón aunque a veces, en según qué comidas, no es muy apetecible ese olor (por ejemplo con la leche).
Eso se puede eliminar si se deja la puerta del microondas abierta durante unas horas.