Cuando haces zumos caseros, si éstos te los vas a tomar nada más hacerlos, suelen estar a temperatura ambiente y si te gustan frescos tienes que recurrir a los cubitos de hielo.
Sin embargo, al ir derritiéndose los cubitos lo más seguro es que el zumo se vaya mezclando con agua y el sabor se va perdiendo. Por eso quiero darte una forma para que puedas disfrutar de un zumo 100% y fresquito.
Haz el zumo como normalmente pero, en lugar de usarlo todo, llena una cubitera con zumo y mételo en el congelador. Cuando necesites enfriar el zumo sólo tendrás que usar esos cubitos de zumo que, además, le darán más sabor, si cabe, a tu zumo.