A todos nos ha pasado alguna vez que llegamos a un sitio en el que somos nuevos, y nos presentan a las personas que allí se encuentran una a una. Claro, son aproximadamente 30 y para cuando llegamos a sentarnos, no tenemos ni pálida idea de cómo se llama cada uno de ellos. Por eso vamos a enseñarte algunos tips que pueden serte de suma utilidad en estos casos.
Lo primero que debes tener en cuenta, es mirar siempre los ojos de las personas. Esto tiene una explicación lógica, relacionada con el hecho de que los ojos cambian menos que la cara con la barba, que el pelo, y que hasta la contextura física de las personas. Por eso conviene que tratemos de grabar en nuestras mentes los ojos y no el rostro en general.
Hacer asociaciones es otra técnica que a muchísimas personas en todo el mundo les ofrece grandes resultados. La idea en este sentido es que tratemos de asociar nombres con los rostros de las personas, y así poder rememorar estos detalles cuando estemos ante ellas. Un ejemplo de eso sería “té” para alguien que se llame “Teresa”, y así.
Si tienes que hacer una presentación en tu trabajo, una técnica que suele ser infalible tiene que ver directamente con la necesidad de anticiparnos. Es decir, en la medida en la que puedas, buscar información sobre las personas en Internet, donde podrás asociar su nombre con su rostro. Esto es especialmente útil si eres de esos que tiene mucha más memoria sobre escritos que sobre personas.
Por otro lado, y aunque sabemos que es difícil, conviene que estés lo más relajado posible. Sucede que cuando estás tenso, tu sistema endocrino segrega cortisol, una hormona que puede borrar toda clase de recuerdos, incluidos los nombres y las caras de las personas.