Imagina que acabas de depilarte y en ese momento la piel suele estar bastante tirante e irritada con lo que, si no te echas una crema, al final quien lo pasa mal eres tú.
Sin embargo, cuando vas a echar mano de la crema, descubres que se te ha acabado y no tienes más con lo que, o te quedas como estás, o buscas un remedio.
Pues aquí está el remedio: Coge la leche que tengas en el frigorífico y échate un vaso. Empapa un paño en esa leche y después date con él en la zona donde te hayas depilado.
La leche actúa como la crema (aunque siempre es mejor echarse crema) y te aliviará en poco tiempo la irritación.
