La Ley de Muphy indica que, en cuanto cambiemos de caja, la fila que abandonamos se moverá con mayor rapidez. A pesar de la incertidumbre que rodea a esta elección y de todas las variables que involucran el trámite (la velocidad del cajero, la anciana que siempre cuenta alguna anécdota al apático empleado, el retraso en la aprobación de una tarjeta…), es posible acertar al elegir la fila más rápida.
La elección se basa en una regla muy sencilla, comprobada (quien esto escribe trabajo alguna vez como cajero de grandes superficies): lo que determina la velocidad de la línea es el número de personas en ella, no el número de mercancía que pagan.
Ello descarta la Caja Rápida (donde se pagan menos de 10 artículos).
Lo que retrasa a la fila es el momento del pago. A más clientes, más cortes de cuenta, y mayor dilación. De hecho, si te colocas detrás de un carrito atestado de mercancia saldrás antes que si lo haces en una fila con cinco personas con un sólo artículo.
Fuente | Lifehacker
