Uno de los aparatos que más polvo coge y que es de los más difíciles de limpiar, son los televisores. Hace unos años, cuando llevé a reparar uno de ellos me dijeron que no se limpiaran con productos normales de limpieza porque lo que hacían era crear una capa resbaladiza y eso podía hacer que la tele, si la cogíamos, se pudiera caer.
Por eso, para quitarle el polvo y la suciedad que absorbe, lo mejor es pasarle un paño mojado en zumo de limón. Eso evita que el polvo se peque y permanecerá limpio durante más tiempo.
Se puede rebajar con agua (para que no quede demasiado pringoso) pero no demasiada, que si no no servirá de nada el remedio.