Puede que no lo supieras, pero cocinar un huevo frito es uno de los grandes retos gastronómicos desde tiempos arcanos, y es un reto en el que ha fallado hasta el más experimentado cocinero. Uno de los más célebras Chefs modernos (francés, para más señas) Ferand Point tenía una sola respuesta en lo que al evanescente huevo frito respecta: «Mantequilla, dame más mantequilla».
1. Coloca una cuchara sopera de mantequilla sobre la sartén a fuego bajo (llama azul), y déjala fundir, sin que crepite
2. Rompe un huevo sobre un bol o plato hondo. Debe tratrarse de un huevo fresco, sin refrigerar, o por lo menos a temperatura ambiente
3. Desliza el huevo sobre la mantequilla fundida; déjalo expandirse libremente
4. Cocina durante cinco minutos cubriendo la sartén (de preferencia con una tapa de cristal), o hasta que la yema se solidifique a un aspecto cremoso
5. Desliza el huevo a un plato, y añade sal y pimienta al gusto.
6. Si quieres rizar el rizo, añade una capa de mantequilla fundida sobre el huevo
Si te preocupa tu consumo de grasas saturadas, reduce la mantequilla a apenas lo sufiente para engrasar la sartén, y una vez que has delizado el huevo en ella, añade una cuchara de agua. El vapor hará el resto en el mismo tiempo de cocción.
Fuente | What’s cooking in America