Si eres un amante de los perros, habrás descubierto que hay un
sorprendente número de tus vecinos y conocidos que no lo es, en base a un único argumento: los molestos ladridos. Los perros ladran, esencialmente, cuando sus dueños no están, lo que agrava el problema. He aquí un método para evitar que la comunidad de vecinos te eche del edificio.
1. El ladrido no es el problema
A través del ladrido, tu perro obtiene la atención que quiere cuando lo quiere. Detrás de un perro ruidoso hay un dueño que no ha sabido interpretar sus miedos y deseos, en concreto el terror a estar solo.
2. Cuidado con lo que le dices
Para tu perro las palabras no significan tanto como la forma en que las dices. Si cada vez que te marchas y lo dejas solo muestras afectación en tu voz o intentas tranquilizarlo, estará tan excitado esperando tu regreso que ladrara sin parar
3. Enséñalo a estar solo
Consigue algunos juguetes masticables y déjalo jugar en la misma habitación en la que te encuentras mientras lees, estudias o haces alguna otra actividad. Entonces, SIN AVISO sal de la habitación y vuelve antes de que te eche de menos y regresa a lo que estabas haciendo. Repite la operación por periodos más largos. Cada vez que regreses, evita saludarlo y no muestres un excesivo entusiasmo si se acerca. Si la ausencia no significa nada para ti, tampoco será relevante para él.
4. Sal sin aviso
Después de este entrenamiento, ten la paciencia de tomarte unos minutos antes de salir, leyendo el diario o viendo la televisión, ignorando totalmente a tu mascota. Cuando tu perro deje de prestarte atención, sal sin avisar.
5. Dale cosas para hacer
Un perro no es un aditamento que se pone en standby cuando no estás. Como los seres humanos, sufren el encierro y la inactividad. Las tiendas especializadas tienen toda una variedad de juguetes para que se divierta y ejercite mientras estás ausente.
El resto es paciencia y amor.
Fuente | Ezine