Quien ha tenido un gato sabe lo penetrante y difícil de eliminar que puede ser el olor de su orina o el del marcaje de su territorio. La primera solución que viene a la mente es la de castrar al gato, quien entonces no tendrá la necesidad de demostrar que es el macho dominante dentro de la casa. Sin embargo, hay mucho gatos que, incluso después de la castración, mantienen este hábito, convirtiendo al hogar en un cajón de arena gigantesco. ¿Qué podemos hacer al respecto? Limpiar y procurar no dejar rastro alguno para que no vuelva a hacerlo, ése es el camino a seguir. Te decimos cómo.
1. Usa toallas absorbentes que retengan la mayor parte del líquido. Mientras más se absorba en la tela de un sofá, o de la moqueta, por ejemplo, será más difícil de remover, pues las bacterias quedarán en la profundidad del tejido y expnadirán el olor conforme pase el tiempo. Así que este primer paso es muy importante: presiona la toalla contra la tela hasta que absorba todo lo posible.
2. La combinación infalible de vinagre y bicarbonato de sodio también es útil en esta ocasión. Úsala después de absorber la orina y después lava con algún producto especial para los malos olores, hay muchos disponibles en el mercado.
3. Experimenta: hay quienes aseguran que el enjuague bucal y el peróxido son excelentes para eliminar el olor a gato. La combinación de cada tela con cada gato produce olores de diferente duración e intensidad, pero nada pierdes con probar.