¿Te ha sucedido que un día despiertas tan «cargado» de energía que haces corto circuito con las personas al estrecharles la mano, o con las puertas de la oficina, el auto y la casa?
La electricidad estática que somos capaces de percibir en la vida cotidiana se genera a causa del rozamiento entre dos superficies que, al separarse, quedan cargadas energéticamente con diferentes polaridades: unos se quedan con energía positiva y otros con energía negativa, lo que produce esa choque que podemos sentir al entrar en contacto con otros objetos. Pero no te preocupes, aquí te decimos cómo desprenderte de la «chispa» que a veces se adueña de nosotros.
Usa ropa de fibras naturales: Las fibras sintéticas son mejores conductores de electricidad, evítalas.
No arrastres los pies: Esto produce el rozamiento causante de la carga energética (es como cuando frotamos un globo en la cabellera de alguien para lograr que se adhiera a la pared sin ninguna clase de pegamento); esto sucede con más intensidad aún si tus suelas son de goma o plástico y la superficie sobre la que caminas, una alfombra, así que ¡cuidado!
Descárgate: Toca un objeto de metal que esté en contacto con el suelo. Si tu casa o lugar de trabajo es muy seco (lo que proporciona una atmósfera ideal para el choque eléctrico), usa un humidificador para el ambiente. Esto reducirá las descargas electrostáticas en un buen porcentaje.