Cuando era pequeña me gustaban mucho las joyas (ahora no tanto) y por eso solía encapricharme mucho con los pendientes, que me gustaba cambiar cada día y poder lucir nuevos pendientes al menos una vez a la semana.
Como seguro que piensas, eso es costoso y más cuando son comprar pendientes cada semana. Así que finalmente optaba por hacerlos yo de una manera sencilla: fabricando mi propia masa. Son pendientes (también se pueden hacer otras cosas) hechos con harina, sal y agua hasta conseguir una pasta dura que, con el calor y el aire, se seca y se pone dura.
De esta forma puedes conseguir crear la forma de quieras y después sólo tienes que pintarla como más te guste y pegarle los accesorios de un pendiente (normalmente lo que se mete en la oreja).
Así seguro que puedes estrenar pendientes todos los días sin apenas hacer gasto en joyas.