Es posible que, con el paso de los años, los saneamientos que usas se hayan empezado a amarillear afeando todo el baño al completo y haciéndote pensar si no tendrías que cambiar los accesorios.
Sin embargo, aquí te damos un remedio para conseguir acabar con ese toque amarillo que tanto nos disgusta. Lo único que tienes que hacer es coger vinagre y calentarlo. Cuando lo tengas bien caliente échalo en los saneamientos y frota con un estropajo. Si a la primera no se va puedes volver a repetir el proceso porque el vinagre no se come el esmalte de los saneamientos y no corremos peligro en ese sentido.