Ya te hemos dado algunas pistas para entender lo que tu gato quiere expresar a través de su lenguaje, pero ¿cómo puedes hacer que él te entienda a ti?
La respuesta es muy simple, aunque no todos están muy dispuestos a llevar a cabo semejante papel: sé tú un poco más como tu gato. Desde luego, no estamos invitándote a que camines en cuatro patas y maúlles, pero sí a que adoptes algunos de sus códigos para que sepan con más claridad qué es lo que quieres decirles.
Bufar es la manera más agresiva de reaccionar «felinamente». Si tu gato suele desobedecer y ya lo has intentado con gritos, prueba bufar como ellos lo hacen para indicarle que lo que está haciendo no te gusta. Se desconcertará y con repetidas veces aprenderá a relacionar tu disgusto con lo que hace.
Acarícialo como la madre, claro, ¡no con tu lengua!, pero sí con tus manos. Humedece un poco la palma de tu mano o tus dedos y da repetidas caricias cortas y rítmicas, como cuando se peinan en pelaje entre ellos. Además de proporcionarles un relajante masaje (y eliminar algunos pelillos sueltos), estarás creando un vínculo más estrecho y más gatuno con ese compañero al que quieres (y te quiere) tanto.