Hoy en día los dentistas no son de sacar muelas así como así, siempre tratan de salvarla pero, a veces, no hay más remedio que arrancar y, claro, estas varios días molesto y encima no puedes comer nada sólido para que la comida no entre en el agujero que te ha quedado y que se infecte (porque entonces el dolor será peor).
Uno de los remedios que se utilizaba antaño es tomar vino blanco y hacer enjuagues con él. Pica un poco en la herida pero sana mucho más rápido y te permite volver a tu rutina normal mucho antes.
Por supuesto, no abuses del vino blanco porque tampoco es bueno acelerar el proceso pero un par de veces al día no es malo y así evitarás que te duela mucho durante varios días.