Hay personas que tienen la piel grasas pero, en ciertos momentos o temporadas, la grasa se acumula en la cara y hace que nos sintamos más «sucios» por así decirlo porque siempre notamos una sensación rugosa.
Para evitar esto hay muchos tratamientos y cremas astringentes pero a menudo lo más natural es siempre el mejor remedio. Hay dos mascarillas que podemos hacer y que nos ayudarán mucho a la hora de combatir la grasa.
Una de ellas es la mascarilla de pepino que ayuda a limpiar la piel de impurezas al tiempo que cierra los poros y, de esa manera, se produce menos grasa.
Otra es una mezcla entre avena y miel a partes iguales con la yema de un huevo. Esto da firmeza a la cara y nos ayuda a limpiarla. Has te mantener esa mascarilla unos tres cuartos de hora y después lavarte bien.