Una de las tareas más engorrosas del quehacer diario quizá sea lograr que tus hijos se levanten para ir a la escuela. Mal humor, gritos, restrasos, pleitos se avecinan y el sol apenas está asomándose por nuestra ventana. ¿Cómo podemos hacer este momento más provechoso y menos molesto para ellos? Te damos algunos consejos:
1. Identifica los errores: ¿Qué es lo que provoca el estrés matutino? Quizá los niños se ponen a jugar y por eso se retrasan; quizá se demoran al tomar el desayuno o al arreglarse para salir. Identifica exactamente cuál es el problema y atácalo, aunque, por lo general, ayuda bastante levantarse un poco más temprano.
2. Ayúdales a que te ayuden: Quizá los niños quieran realizar por sí mismos muchas de las tareas que les haces: vestirlos, peinarlos, abrocharles los zapatos… procura que sean cada vez más independientes y verás que la cosa cambia.
3. No los despiertes antes si no hay necesidad: es decir, si tienen que esperar a que esté listo el desayuno, o a que los padres estén listos etcétera, se aburrirán y surgirán los problemas. Despiértalos con el tiempo justo, pero lo suficientemente holgado por si algún imprevisto surge
4. «No dejes para mañana…»: Si dejas preparadas las cosas para el desayuno, la colación que se llevarán, el uniforme y los zapatos al lado de la cama, y ellos tienen listas las tareas y los útiles dentro de la mochila, tu mañana irá mucho mejor.