Pintar una pared puede parecer una tarea sencilla, pero lo cierto es que no lo es tanto, sobre todo cuando queremos un resultado profesional.
Para empezar, a la hora de pintar una pared es importante elegir bien la pintura, teniendo en cuenta el material sobre el que vamos a pintar. Por ejemplo, para la madera es mejor una pintura aceitosa que una pintura al agua, ya que penetran mucho mejor.
También es importante tener en cuenta si vas a pintar en el exterior o en el interior, y en este caso, si quieres un acabado mate, brillante o satinado.
La verdad es que la tarea de elegir la pintura es más complicada de lo que parece. Antes de pintar también tendrás que prepararlo todo bien para no manchar nada. Lo ideal es juntar todos los muebles de la habitación en el centro, y cubrirlos con un plástico de tamaño grande. Después, tapa con cinta de carrocero todos los marcos de las ventanas y de las puertas, los interruptores, el rodapié… El objetivo es que al pintar, no se queden marcas.
Elige un buen rodillo, que reparta bien la pintura y que no esté demasiado seco, para ir pintando las paredes. Al llegar a las esquinas y a las zonas en las que hace falta más precisión, lo ideal es ir completando con una brocha, para dejar un acabado perfecto.
Foto de Decoraestilo