Si no revisas tu biblioteca desde hace años, sería bueno que dispusieras unas horas de tu tiempo a ponerla en orden. No sólo porque los libros fuera de lugar se convierten, casi casi, en libros perdidos, sino también porque la acumulación de papeles que ya no necesitamos incrementa la cantidad de polvo que se acumula en nuestro hogar, y esto resulta especialmente perjudicial si hay niños o personas alérgicas en el hogar. También debes pensar que habrá muchos libros ahí dormidos, entre tus estantes, esperando quizá una oportunidad de ser leídos otra vez. Así que, ¿qué esperas? pon manos a la obra y dinamiza tus libros en desuso.
1. Separa: Lo primero que deberás hacer es apartar los libros que ya no desees del resto de tu biblioteca. A la vez, ve creando pequeños montones según la clase de libros que se trate: para niños, escolares, textos especializados, códigos legales, etcétera. Cuando termines, coloca encima de cada pila un post-it o una nota que los identifique.
2. Decide: Hay muchas cosas que puedes hacer con esos libros: donarlos a una biblioteca pública, a una escuela, regalarlos a alguien que lo necesite, o venderlos a quien pueda interesar (estudiantes, libreros o tenderos de mercadillo, por ejemplo).
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