Cuando tenemos una taza favorita para el café o para el té o manzanilla siempre escogemos ésta, quizás por el cariño o porque nos trae buenos recuerdos. El caso es que, en la mayoría de ocasiones, esto nos hace que, con el paso del tiempo, la taza se nos oscurezca por el café o bien se amarillee por el té o la manzanilla que bebemos todos los días y al final tengamos que tirarla.
Sin embargo, nada más lejos de la verdad. Hay una forma de lograr recuperarla, quizás no para que nos dure años, pero sí para durar más tiempo del que le damos en un principio. Para ello tendremos que usar sal, agua salada o zumo de limón.
Estos tres productos son los que pueden ayudarte a eliminar ese color negruzco o amarillento de tu taza y tenerla de nuevo como nueva (o al menos sin ese color tan característico del uso que le has dado).
Para la taza de café lo mejor es el agua salada aunque también la sal ayuda mientras que, para las tazas de infusiones, manzanillas, tés, etc. lo mejor es el zumo de limón.
En todo caso, todas ellas has de dejarlas un tiempo en remojo, bien con el limón o con la sal, para que haga efecto. No es tan rápido como con otros productos así que la hora no te la quita nadie (para conseguir los mejores resultados).
Una vez limpio solo has de aclarar bien con agua y ya podrás utilizarla de nuevo sin que te sepa a sal o a zumo de limón (quizás la primera vez pero no las siguientes).
Esto puedes hacerlo conforme vayas viendo que se oscurece demasiado y con el lavavajillas ya no sale, una forma de mantenerla limpia más tiempo (también con su uso le creas una especie de película que ayuda a no mancharse tanto).