Seguro que tus hijos gustan mucho de jugar con la plastilina. Es un juguete que, aunque tienes que vigilarlos, para ellos poder moldear con sus manos y darle rienda suelta a la imaginación, es algo que les llama mucho la atención. Por ese motivo es por el que se usa la plastilina como método para que experimenten y también para fortalecer el movimiento de las manos, las pinzas con los dedos, etc.
Sin embargo, muchos niños acaban comiéndose la plastilina y es algo que muchas madres temen porque puede llegar a ser tóxica. Por ende, ¿cómo podemos evitarlo? Fácilmente, creando nuestra propia plastilina.
Lo único que tenemos que hacer es mezclar media taza de sal fina, una taza de harina y agua hasta que tengamos una masa blanda para moldear.
Si se le quiere dar color se pueden usar colorantes (por ejemplo el colorante que se le echa al arroz).