En casa tenemos muchos objetos de distinto tipo y cada uno de ellos no suele limpiarse de la misma forma sino que hay que usar varios productos para cada objeto con el fin de obtener el mejor resultado y que se vean limpios y relucientes como si estuvieran o fueran nuevos aunque lo tengas desde hace mucho tiempo.
Uno de esos objetos puede estar hecho de bronce y este material tienden a apagar su brillo fácilmente con el paso de los días con lo cual nos encontramos con un objeto que no reluce y nos acabamos deshaciendo de él. Sin embargo, hay formas para conseguir que vuelva a brillar.
Un método puede ser el de limpiarlo con un paño mojado en zumo de limón y después se frota a conciencia con un trozo de lana de acero muy fina. Esto conseguirá sacar sin ningún problema el brillo del bronce.
Sin embargo, si esto no te convence tenemos otro método para realizar. Se trata de frotar con un paño previamente humedecido con agua caliente que contenga jabón y un poquito de amoniaco. Este remedio has de usarlo menos a menudo porque el amoniaco puede ser malo para el objeto de bronce y puedes obtener el brillo pero a a la larga repercute en el mismo (con manchas por ejemplo).
Con estos dos remedios seguro que tus objetos de bronce quedan limpios y como nuevos, de hecho no se notará que han sido limpiados (salvo que sea algo que tenemos desde hace mucho tiempo) pero lo que sí ocurrirá es que llamará la atención por el brillo que tiene.
Para limpiar el bronce dependerá mucho de qué tan sucio esté. Puedes limpiar con este método una vez a la semana si está muy sucio o bien una vez cada dos semanas (para mantenerlo limpio y brillante).