Una de las cosas más molestas que pueden llegar a tocarle a un hombre en su vida es afeitarse, sin lugar a dudas. Por ello, y para obtener los resultados que estamos buscando, y que no consisten sólo en una cuestión estética, sino también en evitar el dolor que puede llegar a producirse, es que te traemos algunos interesantes consejos al respecto.
Para comenzar, debemos decir que la afeitada tiene que realizarse siempre luego de la ducha, dado que como pretendemos que no nos duela en lo posible, tenemos que aprovechar el momento en el que los poros de la piel se encuentran mucho más abiertos por el vapor al que hemos estado expuestos. De este modo, te será mucho más sencillo utilizar el momento para evitar la irritación.
De la misma forma, debes considerar que por alguna razón, nuestros padres y abuelos se afeitaban del modo en el que lo hacían. Esto se debe a que comenzaban el procedimiento bajo la premisa de abrir sus poros, motivo por el cual utilizaban una brocha de pelo de tejón o jabalí, de modo que la piel se preparaba, y al aplicar el gel y la espuma, era mucho más sencillo luego afeitar.
Llegados los tiempos actuales, sin embargo, es muy importante también tener en cuenta la calidad de la máquina que utilicemos, pero en cualquier caso, ya sea que se trate de las clásica afeitadoras con hojas horizontales, o también de las eléctricas, lo importante es que siempre las mantengas bien higienizadas, para de ese modo evitarte cortaduras, raspaduras y demás.
Luego de la afeitada, es igualmente relevante cerrar los poros. Por esta situación es que consideramos muy relevante el limpiarnos bien la cara con agua fría una vez que hayamos finalizado el proceso, ya que de esa forma podremos evitar que los poros acumulen suciedad, con lo cual se pueden llegar a infectar, y en los jóvenes también aparecer acné.